miércoles, 23 de julio de 2008

HISTORIA DE UNA TRAICIÓN



Entre mediados de los '70 y todos los '80 radio Panamericana fue para muchos de nosotros el faro que iluminaba las oscuras aguas del pop de aquellos años.

Para los que vivíamos en provincia, donde la primera radio FM apareció casi a mediados de los '80, era sumamente difícil escuchar las buenas canciones del momento: las que llegaban al Norte eran muy pocas y encima se aparecían después de 3 o 4 meses y algunas como por ejemplo "Starting Over" de John Lennon, nunca llegaron.

Por eso, cada vez que había la oportunidad de irse a Lima, la capital, lo hacíamos cargados de casettes en blanco, para registrar aquella buena música, que intuíamos no duraría para siempre. Y cuando no se podía ir a Lima, hacíamos ajustes en nuestras radios AM o por onda corta, para poder escuchar la buena música, claro, con cualquier cantidad de interferencia y en determinadas horas del día.

En 1985 la alegría creció, porque Panamericana empezó a expandirse a provincias y llegó a la nuestra (Piura), aunque no estaban todos los programas, ni todas las canciones que sonaban en Lima, era de todas formas una buena luz para iluminar el camino, todavía lleno de tinieblas. Recordamos algunos de los exitazos que escuchamos en aquellos días por primera vez desde una FM piurana: Take on me de A-ha, Can't fight this feeling de REO Speedwagon, Boys of Summer de Don Henley, Summer of '69 de Bryan Adams Born in the U.S.A. de Bruce Springsteen y más adelante Part time Lover de Stevie Wonder o We Built this City de Starship. Inolvidables.

Sin embargo esa alegría duró poco. Apenas llegados al lustro, los de Panamericana obsesionados con ser el número del rating, traicionó a sus miles de oyentes haciendo un harakiri a su propia esencia. Ocurre que desde hacía unos 4 años, el primer lugar de sintonía medido por una dudosa empresa encuestadora, le había sido arrebatado a Panamericana por una nueva radio de estilo muy popular y gritón: Radio Mar, que había descubierto una mina de oro, en la salsa. Panamericana descubrió entonces que la única forma de recuperar su primer lugar, era convertirse en otra radio mar, así que eso fue exactamente lo que hicieron.

Los intentos fueron al comienzo tímidos, introduciendo cual virus troyano, algunos segmentitos de salsa con el nombre de "un cahcito de sabor", anunciados además por nuevos disc jockeys, muy gritones, al mejor estilo de radio mar.

Para 1993 Panamericana ya era todo salsa, había dejado de ser lo que fue, para convertirse en un clon mal hecho, como sigue hasta hoy. Ellos quizá hasta ahora crean que fue la mejor solución, que no traicionaron a sus oyentes y que estos, junto con otros más que llegaron después siguen fieles a la radio. Claro, cuando uno considera al oyente como un simple número, poco más de un accidente estadístico en una encuesta se pueden llegar a creer mentiras como esa.

La verdad es que esos oyentes se quedaron sin ninguna radio (muchas siguieron su ejemplo o fueron compradas por otras), y estuvieron relegados por años, hasta que por allí otra radio, más por razones marketeras (al final esos oyentes, era gente que tomaba decisiones y ya ganaba dinero) que por justicia se hizo cargo de estos oyentes, pero esa ya es otra historia.

1 comentario:

Cortometrajes hechos en Chiclayo - Perú dijo...

Es verdad, malditos de Radio panamericana! como se extraña a la antigua