viernes, 26 de junio de 2009

ADIOS AL REY DEL POP


No me caía Michael Jackson. Primero porque nunca me gustó que haya renunciado a una parte de sí mismo y haya querido ser blanco en lugar de negro. Luego por sus nunca aclaradas acusaciones de pederasta y finalmente porque nunca le perdoné que haya cancelado el único concierto que programó en Perú en 1994, porque se había pasado de vueltas con unos calmantes.

Pero no puedo negar que me chocó su muerte. No lo podía creer, parecía mentira que alguien tan poderoso y con tanta plata se podía morir así de un momento a otro. Pero al final somos todos humanos, me dije.

Sin embargo eso no me tranquilizó y luego me dí cuenta porqué: las canciones de Michael Jackson habían formado parte de mi vida, con algunas de ellas bailé y con otras terminé la secundaria para irme a estudiar a la universidad. Si bien las canciones se quedarán, me preocupa el hecho de que al morir su autor, mi muerte no estará también muy lejana.

Dejando de lado estas reflexiones sobre el final al que todos llegaremos alguna vez, tengo que reconocer que Jackson fue también un excelente artista: tenía una voz aguda que sin embargo abarcaba varias octavas; tenía también lo que llaman oído absoluto, una condición que permite reconocer una nota y cantarla exactamente sin ayuda de ningún instrumento y que sólo la tiene una en un miles de personas. Y porsupuesto, está su talento para el baile, creador de grandes coreografías y pasos que todos quisieron imitar alguna vez.

Michael Jackson fue también el creador de uno de los mejores videoclips de la historia: el lnolvidable Thriller, dirigido por John Landis y con una duración de más 13 minutos, en su momento fue el video más caro de la historia, récord que el mismo Jackson superaría luego con Scream, aunque el video fue muy inferior.

El problema con Jackson fue que su carrera fue muy rápida: a los 5 años cantaba ya con sus hermanos los Jackson Five, a los 13 grabó sus primeros álbumes como solista y a los 21 batía récords de ventas con Off the Wall, excelente producción de Quincy Jones que pulió su estilo y lo hizo mezclar su soul funk, con el disco que estaba de moda en ese momento.

Y su carrera acabó prácticamente con el álbum siguiente: Thriller, que hasta el momento ha vendido cientos de millones de copias, récord que nadie pudo superar. Y ese nadie, también se incluye él mismo. Todas las canciones eran casi obras maestras Billy Jean, Beat it, Thriller, Human Nature, etc.

Michael se pasó el resto de sus días queriendo sacar algo que siquiera igualara a Thriller, pero ni Bad (1987), ni Dangerous (de 1991)a pesar del excelente Black or White), ni HIStory (1997) ni Invincible (2001), estuvieron cerca. Debió retirarse en la cima aunque haya sido muy pronto, pero ni su disquera ni su tren de gastos lo hubiera permitido. Descansa en paz Michael Joseph Jackson.

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